Asumir que rendirse no es una opción

A pesar de estar a 7 puntos del Fútbol Club Barcelona, todas las voces en el Real Madrid han salido al paso para asegurar que no dan la Liga por perdida. Desde la presidencia hasta los jugadores apelan al ADN madridista que les impide conformarse con ser segundos, todos menos Mourinho.

"Cuadrar el círculo de esta obsesión, asumir que rendirse no es una opción". Esta frase, tomada de una letra de los enorme Vetusta morla, expresa perfectamente la situación que se vive ahora mismo en el Santiago Bernabéu. Incluso el título [La cuadratura del círculo(vídeo)] les viene como anillo al dedo, pues lograrlo entraña una dificultad similar a conseguir remontarle 7 puntos (más muy probablemente el goal-average) al mejor equipo de la historia de la Liga, el primero en lograr 16 victorias consecutivas.

Quizá por la magnitud del desafío, José Mourinho decidió poner la venda antes de la herida, advirtiendo a sus fieles seguidores madridistas: No pasa nada por ser segundos, afirmaba 'the special one', el hombre que lo ganó todo con el Inter el año pasado, fichado como relevo de un Pellegrini que había hecho la mejor campaña de la historia madridista. Mourinho es un tipo muy muy listo, sabe que la Liga está muy difícil, y prefiere advertir del posible fracaso para que luego no parezca lo que sería, un fracaso. Confía en ganarle al Barcelona a un partido, pero en el torneo de la regularidad es otra historia.

Nada más salir a colación estas declaraciones, desde todos los estamentos del club se comenzó una campaña para tranquilizar a la masa social, pero también para responder al míster, al denominado por Florentino como mejor entrenador del mundo, fichado para ganar al imbatible barça de Guardiola. La primera respuesta fue la del mismísimo Presidente, que no dudó en recordar que el Madrid siempre aspira a lo máximo. Más claro, agua.

En la misma línea se alineó el director deportivo del club, Miguel Pardeza, que afirmó que "el Real Madrid ni claudica ni se rinde". Esa misma línea siguió uno de los capitanes del equipo, Sergio Ramos, que con su habitual atrevimiento avisaba de que la Liga no está perdida para nada. Pero la declaración más importante en este sentido vino del mayor representante en la actualidad de los valores del madridismo, el capitán Iker Casillas. Al ya recurrente "no hay nada perdido", añadió un detalle que motiva este post: "Tenemos que seguir peleando, nos han educado así en el Real Madrid".

Las palabras del capitán expresan uno de los valores del Real Madrid, valores centenarios de una institución centenaria: el coraje, la constancia, el nunca rendirse. Esa mentalidad fue lo que llevó hace unos años a los madridistas a levantarle a última hora una liga al Barça de Rijkaard, una liga que los culés tenían en la mano: La Liga de Capello de la Cofradía del clavo ardiendo. Esa mentalidad se basaba en apelar al orgullo de la camiseta, a esos valores que representaba el Club y que los madridistas mamaban desde niños. El gran capitán Raúl representaba esos valores, hoy ya no está. 

Por ello resulta curioso que Iker hable de que han sido educados así en el Real Madrid. ¿Quiénes? ¿Cristiano? ¿Mourinho? ¿Kaká? ¿Quién sabe lo que significa esta camiseta? ¿Quién entiende los valores que han definido históricamente al Real Madrid? En el Club actual únicamente Casillas. Mourinho es un ganador, eso nadie lo duda, y gana a su manera. Cristiano es un competidor nato, y los modales o las formas madridistas le importan bien poco. Ellos representan lo que es hoy el Real Madrid, quieren ganar, pero a cualquier precio, no les importa el cómo. En el fin Casillas y ellos están en el mismo barco, pero quizá no en los medios.

En el Madrid, desde la llegada de Florentino en el 2000, se ha intentado recuperar la grandeza perdida a golpe de talonario, pero por el camino se han perdido muchas cosas. Los blancos han tenido la mala suerte de encontrarse con la época dorada del Barcelona, y aún así han ganado títulos, pero la obsesión de Florentino por la ostentación y la grandeza le hizo descuidar lo más importante, la base, los valores del club. Hoy, el club se encuentra con que no puede tirar de valores de cantera porque ésta es inexistente en el primer equipo, no puede fichar a los mejores a golpe de talonario porque estos juegan en el Barça. ¿Qué le queda? Mourinho.

El presidente ha ligado su futuro a este grandísimo entrenador, totalmente capaz de llevar al Madrid a lo más alto. El problema radica en cómo piensa llevarlo. El portugués no representa los valores que antaño hicieron grande al Madrid, no cae bien por su soberbia y sus malos modales, y todo ello está perjudicando enormemente la imagen del club, seriamente dañada en las dos últimas campañas. Mientras el Barça enamora y gana, el Madrid pierde títulos y simpatías. La última bala parece ser Mourinho.

Lo curioso es que los mismos que enarbolaron la bandera del clavo ardiendo hoy se agarran a Mourinho como único salvador. La pregunta que surge en el ambiente es: ¿Qué pasará si al final Mourinho no gana nada? ¿Qué venderán los periódicos defensores del portugués? ¿Qué quedará? Nada. Sólo eso, destrucción de unos valores, desmoronamiento de la entidad. Y si gana, posiblemente, también. Pero eso es sólo una opinión.

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